28 mayo, 2012

¿Hasta que punto sabemos lo que queremos?

Esta vez, no es una reseña de un libro lo que voy a hacer, si no más bien la reseña de una película. Esta esta basada en la novela de John Le Carré, "El jardinero fiel".



Todo comienza cuando una periodista algo desafiante y poco precavida conoce y se enamora del diplomático Justin Quayle en un pase de prensa. Tessa descubrirá que Justin irá de viaje de negocios a África, en insistirá en ir con él, como señora Quayle. 
Al principio, la película me resultaba bastante... Desenfocada, por así decirlo. Empezaba conociéndose el final, y parecía que el argumento se centraba más en la infidelidad de Tessa con su amigo y doctor Arnold, que en lo que esperaba que fuera una denuncia del maltrato a las gentes de África. Pero poco a poco, esto fue cambiando.
Como toda película basada en estos temas, puedes ver niños muriéndose de hambre, las pésimas condiciones de vida que tienen y el poco (o nulo) derecho que tienen para escoger. ¿La diferencia? Las razones.


Esta película crítica claramente el abuso de estas gentes desamparadas de las que nadie va a notar su pérdida, y de cómo fueron utilizadas por conejillos de Indias por grandes compañías farmacéuticas para poder así agilizar el perfeccionamiento de los medicamentos que estaban desarrollando para una próxima epidemia de tuberculosis. 
Tessa se había dedicado a investigar esto con Arnold y a plantarle cara a los dirigentes de África, los cuales "teoricamente" deberían de proporcionar cierta cantidad de medicamentos a los hospitales de sus respectivos países, a los cuales apenas llegaba una cuarta parte de lo prometido, además de tratarse de medicamentos caducados. Eso fue parte de lo que descubrió Justin cuando comenzó a investigar las causas de la muerte de su esposa: las compañías farmacéuticas mandaban esos medicamentos en mal estado, fingiendo así estar haciendo una buena acción y expirar sus pecados.
Lo peor de todo esto, es que el tema del abuso de la gente de estos países subdesarrollados no se queda solo en ficción. ¿Cuánto dinero aproximadamente del que mandamos por vía ONG llega a estos países? Si llegara todo, la situación se estaría haciendo más sostenible cada año. ¿Cuántos medicamentos de los que utilizamos son realmente legales? ¿Cuántos estado en manos de estas compañías farmacéuticas corruptas? Nos estamos equivocando si vemos unos laboratorios como un lugar cuya única intención es salvar vidas. Un laboratorio es una empresa donde se trata de sacar el mayor dinero posible. Y la cantidad de dinero que se necesitan para los fondos ya es simplemente apabullante; calculad ahora todo lo que deben de sacar en un año cuando promocionan su producto y empieza a hablarse de "compañías multimillonarias".
Creo que deberíamos estar realmente avergonzados de la sociedad que estamos creando. Dedicamos millones de euros a las competiciones de fútbol, baloncesto, tenis y demás deportes. Pagamos otra tanda en unas obras de arte para tratar de aumentar así el turismo y sacar provecho. ¿Por qué no comenzamos a invertir NOSOTROS en todo ese campo de pobreza y sanidad? 
Pero no nos conviene. Es preferible que cerremos los ojos ante lo que pasa a nuestro alrededor, porque hemos tenido la milagrosa suerte de no haber nacido en un país consumido por la pobreza. ¿Cómo podríamos rechazar todo el proceso en la obtención de un medicamento cuando apenas somos capaces de vivir con un pequeño dolor de cabeza? O poniendo casos aun más crudos y extremistas. ¿De verdad seríais capaces de rechazar un medicamento en el cual os va la vida porque ha sido testado y patentado gracias a las centenas de muertes que ha producido en otro país?
Esto es precisamente a lo que todos y cada uno de nosotros estamos contribuyendo individualmente. 
Y para los que no me creerán aún:



Desgraciadamente, no todo lo que nos ponen en las películas es ficción.
Con la tecnología de Blogger.