29 agosto, 2012

¿Decisiones incorrectas?

¿Realmente existe una decisión incorrecta? ¿Tenemos unos paneles que cuando escogemos una respuesta se iluminan de verde y nos dejan pasar al siguiente panel? ¿Es eso lo que la gente llama "destino"?



Podremos arrepentirnos mil veces mil de las decisiones que tomamos en el pasado. Pueden ser inservibles o perjudiciales para nosotros en el futuro, pero ¿acaso no nos parecieron encajar bien en el presente?

Pongo un relato que escribí hace tiempo para ayudarme a ejemplificarlo:


- Entre esos tres, ¿a quién escogerías?
- Al primero, no. Queda totalmente descartado. Es un mentiroso, y aunque jure que aun me quiere, se que para él solo es un juego. No caería otra vez en sus redes.
- ¿Y qué me dices de los otros dos?
- No sabría escoger. Debería de escoger al último, es el más factible. Tiene mi edad, vive en mi ciudad, es simpático y cariñoso conmigo... Es un chico normal.
- Pero..
- Si, siempre hay un pero. Que por muchos sentimientos que tenga por él, le gusta demasiado el juego, el vino y las mujeres.
- Entonces, ¿escogerías al segundo, cierto?
- Ójala fuese tan fácil. Sé que siento algo fuerte, muy fuerte por él. ¿Recuerdas cuando era capaz de cortarme la respiración con sus insinuaciones? Además, me atrae mucho, de una manera casi irresistble. Su pero es que me hizo daño en el pasado... No soy capaz de darle todo. No soy capaz de verle en directo, pero no paro de buscar entre las fotos, de releer todo lo que él me escribió... No me desengancho de él. Pero es el más complicado. Y por eso creo que será el menos duradero.
- ¿Por qué iba a ser él el menos duradero? Yo creo que le quieres. Que le quieres de verdad.
- Porque me gustan las cosas sencillas, Sandra. Porque ya es la vida bastante complicada como para que yo solo escoja las opciones más enrevesadas que solo provocarían aun más daño. Así, aunque ame y quiera al segundo, escogeré al tercero.
- ¿De verdad? Sabes que esta es una decisión que te durará toda la vida, que esto podría ser definitivo.
- Sí, lo sé. Por eso le escojo a él, porque sé que aprenderé a quererle, y él aprenderá a respetarme. Y también sé que no habrá inconvenientes ni dificultades. Además, me facilitará mucho la vida estar con él: tendré más contactos, más libertad, más caprichos...
- Pero te perderás lo mejor de la vida.
- Lo mejor de la vida no existe: se crea. Yo pienso crear mi parcela del Edén en él.



Es lo que mucha gente llama una sabia decisión: ir a lo seguro. Intentar cambiar y moldear las cosas a su alrededor para que terminen por ser perfectas. Pero por muy bien que lo hagas, esa copia barata jamás superará al original. Hay una cosa que el ser humano aún no ha conseguido, y esa es forzar sus sentimientos a dirigirse en otra dirección.
¿Sentido o sensibilidad? ¿Lógica o emotividad? Es la eterna pelea entre los dos tipos de decisiones de la vida. Si eres demasiado lógico, no serás feliz, pero sin duda vivirás bien. Si eres demasiado emotivo te pasara justo lo contrario.
 
Es por eso por lo que yo no creo en las decisiones incorrectas, todas tienen un punto de vista positivo. Punto que, aunque los demás no podamos ver o comprender, debemos respetar y tratar de amoldarnos a él. Al fin y al cabo... De eso se trata la supervivencia.


28 agosto, 2012

Retorno

¿Sabéis? Uno de los deseos más codiciados de la humanidad es ser capaz de volver atrás en el tiempo y remendar los errores del pasado.



Yo no soy menos que ese 99,99%. Yo daría lo que fuera por girar las agujas del reloj una y otra vez hasta pasar años y años para resolver cosas. Sí, errar es humano. Perdonar, divino. Esa divinidad me ha faltado muchas veces por orgullo, y mi errar se convirtió en algo peor que de humano. Pero hay muchos tipos de errores.
Errores que me gustaría haber cometido antes. Errores al callarme ante una discusión, a tragarme la rabia y soltarla toda como lágrimas en un cojín. Errores de fingir ser quien no era. Muchísimos.
Habrá gente que no le guste el cambio que puede dar una persona cuando estás a su lado. Es decir, habéis pasado un tiempo juntos, te habías adaptado a su forma de ser y de repente... ¡plof! Cambia. Y aseguras que no entiendes nada, pero probablemente porque una pequeña parte de ti comprende que ese cambio era necesario y no lo quiere aceptar.



En la vida, todo cambia. Los días de la semana, la estaciones del año, las arrugas en la cara y las rutinas de cada generación. Siempre he considerado más fuerte y más capaz a la persona que más rápido se adapta a dichos cambios. Ahora bien: admiro muchísimo a las que NO lo hacen. A las que no se adaptan. A las que siguen luchando duro todos los días de su vida por no aceptar lo que ya está decidido.

Sí, son dignas de admiración. Son personas tenaces, pero a la vez, tremendamente cobardes. Cuando antes asuman la verdad,  que muchas pero que muchísimas veces no puedes hacer absolutamente nada... Cómo quedarte sentado en una silla negra y dura mientras todo el mundo te rodea y te dice cosas que no comprendes, que no quieres asimilar... Y tú mientras miras ese punto por el que no eres capaz de cambiar, que no eres capaz de aceptar que vaya a desaparecer de tu vida...

A veces... Tienes que soltarlo.



Dejar que te lleve la corriente, que te arrastre. Que te ahogue, que te remolque a lugares distintos que no conoces. A veces, para encontrarte primero has de perderte por completo y no tener la más remota idea de por dónde empezar.


Y es por eso, por lo que ahora, después de esta reflexión, me coloco en el 0,01% de personas que les gustaría tener otra clase de capacidad. Ser un poco camaleónica, por ejemplo.



27 agosto, 2012

Telas de araña.

¿Os acordáis de esa vieja canción infantil? La de "un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña..." Sí, pensaréis que es ridículo, pero he estado pensando mucho sobre esta canción que ahora mismo tengo grabada en mi cabeza.
Empecemos suponiendo que es una canción plenamente metafórica, que nada es lo que dice ser. Yo la veo así.
Una mentira. Una fina tela que mantiene la mentira a flote de la verdad. Y unos cuidadosos tejedores del detalle que confeccionan dicha tela.



Y a partir de ahí, todo cobra sentido para mí.

Hay veces que una mentira sirve para ocultar una realidad muy pesada, muy dolorosa, y que la gente prefiere ocultarla para no causar más daño aun del que esta proporciona. Para evitar que se note, hay gente especialmente educada para ello, y que se consideran generosos y victimas de un propio resentimiento interior por hacer lo que hacen. Pero todo será por el bien de la otra persona, claro esta.



Sin embargo, todo esto tiene un fallo y un punto base. Es la conciencia de un niño quién decide como termina la canción, y cuándo lo hará. Si el niño se duerme o simplemente se aburre, la canción termina.

A veces me pregunto si la vida realmente es como una mala copia de canciones antiguas que terminan cuando ya no tienen más sentido. Porque no es lo mismo vivir que existir. No es lo mismo ser feliz y aprovechar al máximo el día que estar constantemente esperando el día siguiente para que mejore el anterior. ¿Qué mas da que sea mentira, qué mas da que la tela de araña pueda romperse?



 Lo que importa es el día a día, no el mañana de ayer.
Con la tecnología de Blogger.